La carga mental en el trabajo (1)
18 julio, 2018Vigilancia médica para la prevención del riesgo cardiovascular
7 febrero, 2019La carga mental en el trabajo (1)
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7 febrero, 2019El estrés y el sedentarismo que provoca el entorno social en el que nos movemos implica que nos debemos gestionar de la mejor manera posible y que nos tenemos que adaptar en la manera de relacionarnos con nuestro cuerpo, priorizando los aspectos relacionados con la salud.
Actualmente disponemos de una gran variedad de recursos para poder adaptarnos a las exigencias del día a día. Tenemos una gran cantidad de información en el ámbito del trabajo deportivo o nutricional, que en muchas ocasiones nos provoca desorientación a la hora de elegir qué es lo más adecuado. Señalaremos a continuación unas pautas básicas y prácticas que nos sirvan de guía para conseguir buenos y rápidos resultados para la calidad y bienestar de nuestra salud en general.
La experiencia demuestra que es bueno condicionar nuestro cuerpo trabajando los aspectos relacionados con la resistencia, la fuerza, la flexibilidad y la velocidad con unos efectos muy positivos que implican la prevención de posibles lesiones y la obtención de un mayor rendimiento físico. En estos entrenamientos del cuerpo es muy aconsejable trabajar de forma variada en circuito.
Los ejercicios deben ser de movilidad genérica facilitando que los músculos implicados sean los mayores posibles favoreciendo una correcta ejecución y seguridad en la ejecución de los movimientos.
Realizar inicialmente unos ejercicios genéricos a una intensidad moderada, activando el riego sanguíneo, nos prepara para la actividad que vamos a ejercer en una sesión de entrenamiento. Por ejemplo, empezar con una marcha atlética (andar rápido) o carrera suave durante 15 minutos, puede ser un buen inicio.
Posteriormente y de una forma más enérgica se tendría que hacer una correlación de ejercicios haciendo en cada uno de ellos unas 15 o 20 repeticiones hasta completar un circuito de unas 8 a 10 estaciones. Al final de cada circuito es conveniente descansar unos 3 o 4 minutos aprovechando la parada para una adecuada hidratación. Esta rutina de trabajo puede estar constituida por la repetición del circuito 4 o 5 veces hasta un tiempo total de entre 40 y 50 minutos.
Realizar una correcta ejecución de los movimientos, nos proporciona seguridad para que no se produzcan lesiones como consecuencia del entrenamiento, sin descuidar el rango de movilidad y la intensidad de los entrenamientos. Esto incrementa los beneficios conseguidos (resistencia, fuerza, flexibilidad y velocidad) consiguiendo, además, que nuestras articulaciones estén más sanas.
En la fase final, una rutina de estiramientos pausada nos proporcionará un enfriamiento progresivo relajando los músculos y con esto aún se conseguirá un mayor rango articular y de movilidad, así como un estado de relajación y bienestar general.
Beneficios por la práctica de la actividad físico deportiva en general según la organización mundial de la salud:
- Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
- Evita y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.
- Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL, conocido como el colesterol bueno).
- Disminuye el riesgo de sufrir diabetes no insulinodependiente.
- Disminuye el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer (colon, mama).
- Mejora el control del peso corporal.
- Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras actividades físicas de la vida diaria.
- Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones, por lo cual puede ser beneficiosa para la artrosis.
- Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.
- Mejora la imagen personal.
- Ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés.
- Ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, y aumenta el entusiasmo y el optimismo.
- En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente.
Juan Navas